Perdida en este malecón, sé que el adiós es peor que la muerte. Zigzagueo por calles pobladas de borrachos y de locos y necesito drogarme: No quiero que me duela el alma, que mi corazón estalle por olvido. Aumento la desazón en cada bombeo de mi sangre. Mis pies no me pertenecen. Ay! mi dios…estoy escribiendo con lágrimas y sangre. No me puedo detener. La aurora parece lejana. El cielo tan azul, está poblado de murciélagos. Un ciego apunta con su bastón blanco al centro de mi pavor. Lloro y estoy sola. Mis lágrimas no sirven. Son el invento malformado de un artista decadente. Necesito volver y perdí el rumbo. Tu amor era una inyección de veneno. Me hacía vivir de a ratos y ahora me está matando.
las palabras surgen desaforadas
intento salvarme de algún modo
lograré pasar este día quizás
entonces sin duda amanecerá
será el tiempo de haber podido escapar
aunque ya no estés
estoy presa de tu recuerdo distorsionado
¿qué dejo?
NADA
sin embargo el mundo se diluye
ante tu infinita ausencia
ante la perspectiva de toda una vida
sin vos
Bienvenidos al único lugar donde no hay nadie, almas errantes que no se ven, figuras despojadas. Un aroma aviento zonda y paredes destruidas. Soledad apocalíptica que no sabe ni de puertas ni de llaves. Por aquí pasea mi dolor vestido de viernes santo. Una eterna María Magdalena aúlla. Yo toco con mis manos destrozadas tu rostro suplicante. Tus venas abiertas con gillette. Tu corazón desbordado de esperma y salitre.
Trasmite un dolor tan intenso que me da escalofríos. Es un dolor cercano, lo he sentido.
ResponderEliminarCon lágrimas y sangre...
ResponderEliminar